¿Tu perro se ha portado extraño últimamente?, ¿muerde tus muebles cuando antes no lo hacía?, ¿se aísla?, ¿se volvió agresivo y ladra mucho? Esta y otras conductas podrían ser tratadas por un etólogo.
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Similar a lo que sucede con los seres humanos, las mascotas también suelen tener cambios de humor y de comportamiento a lo largo de su día; sin embargo, hay ciertas actitudes que pueden ir más allá y ser un síntoma de que algo más complejo sucede y que requiere de la intervención de un profesional que se encargue de diagnosticar y tratar ese cambio conductual.
Es probable que el nombre te resulte poco familiar e incluso no sepas a ciencia cierta qué hace una persona con esta profesión. Descuida, aquí te explicamos a qué se dedica y como te puede ayudar con tu perro o gato.
¿Qué es un etólogo y cómo puede ayudar a mi mascota?
La Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) define a un etólogo como aquel profesional especializado en prevenir, diagnosticar y tratar los problemas de comportamiento en perros y gatos, aunque también tiene la capacidad de dar tratamiento a otros animales, aunque sus servicios son más requeridos para trabajar con caninos y felinos.
Según la máxima casa de estudios, la gran mayoría de las malas conductas que pueda tener una mascota no se trata únicamente de que sean "mal portados", ya que eso solo puede ser un síntoma de que tu perro o gato tiene un trastorno emocional, lo cual hace más compleja la situación y la necesidad de acudir con un especialista en etología clínica.
¿Qué malos comportamientos puede desarrollar mi mascota y por qué?
Cuando un canino o un gato se comportan de manera diferente sin una razón aparente puede ser una señal de que algo anda mal con él, por lo que es importante que estés pendiente de las siguientes conductas que te dirían que algo extraño pasa con tu perro o minino y que requiere de la intervención de un etólogo:
- Agresividad
- Destrucción repentina de objetos o espacios de la casa.
- Ladridos excesivos.
- Ansiedad.
- Temor hacia algo o alguien.
- Excesiva hiperactividad al pasearlo o jugar.
- Comportamiento de marcaje de territorio (orina o rascado).
- Falta de control al momento de orinar.
Cuando un perro o gato presentan dichas conductas pueden ser el resultado de situaciones más complejas, tales como una separación de alguna persona, lugar o de otros animales, el desarrollo de alguna enfermedad, algún padecimiento heredado e incluso una cuestión ambiental, entre otros factores.
Es probable que lo hecho por un etólogo te suene similar a lo que se hace al adiestrar a un animal. Sin embargo, no son sinónimos. A través del adiestramiento un perro puede aprender nuevas conductas y reglas; mientras que la etología diagnostica y trata malos comportamientos, a fin de corregirlos y detectar qué es lo que realmente sucede con tu mascota y por qué se comporta así, la cual en ocasiones requiere de análisis de laboratorio para descartar o confirmar algún padecimiento que quizá ocasiones la mala conducta.
¿Por qué es importante consultar a un etólogo si mi mascota se porta mal?
Como dijimos en párrafos anteriores el hecho de que un perro se "porte mal" no quiere decir que se trate únicamente de un estado temporal, ya que podría ser un síntoma de algún trastorno emocional derivado de una situación de mucho estrés.
Si esto sucede la intervención de un etólogo se hace relevante porque no solo te apoyará con su diagnóstico y tratamiento, sino también a que tu relación y convivencia con tu perro o gato sea cordial, grata y no haya un distanciamiento entre ustedes, algo que podría incluso agravar el problema y hacer que consideres en deshacerte de tu mascota.
En caso de detectar conductas inapropiadas en tu gato o perro, consulta a un etólogo y permite que identifique lo que sucede con tu perro o minino para que sigas disfrutando de su compañía y estés más tranquilo.