La elección de una mochila que nos acompañe en el día a día, en nuestras aventuras o en nuestros compromisos profesionales, va más allá de su diseño o capacidad.

La calidad de los materiales y los tipos de tela empleados en su fabricación son determinantes tanto para su durabilidad como para su resistencia a las inclemencias del tiempo, pero también para la comodidad de uso y para la protección de nuestras pertenencias.

Dejando de lado el diseño y la estética que pueden ser aspectos más subjetivos, podemos adentrarnos en la ciencia de los materiales con los que están confeccionadas.

Este conocimiento nos permitirá discernir qué elementos son cruciales para invertir en una mochila de alta calidad que esté a la altura de nuestras necesidades y exigencias.

La base de la resistencia: telas duraderas para que acompañen por un largo tiempo

La tela exterior de una mochila es la primera barrera de defensa contra el desgaste, los roces y las condiciones ambientales. Por eso, optar por tejidos robustos y de alta calidad es fundamental para asegurar la longevidad de nuestra mochila.

En este sentido, la elección de la tela exterior va a determinar en gran medida tanto la vida útil de la mochila como su capacidad para proteger nuestras pertenencias de los rigores del uso diario y los elementos. Los materiales más resistentes son:

Nylon balístico

Conocido por su excepcional resistencia a la abrasión, los desgarros y la tracción, es un material adecuado para mochilas que deben soportar un uso intensivo y cargas pesadas. Su tejido denso y fuerte lo convierte en un confiable escudo contra los elementos y el maltrato diario.

Cordura

Similar al anterior en cuanto a durabilidad y resistencia, es un tejido de nylon de alta tenacidad que ofrece una excelente resistencia tanto al desgaste como a los desgarros, sin dejar de ser relativamente ligero. 

Es una opción popular que está presente en accesorios de senderismo o deportivos que requieren un rendimiento superior en condiciones hostiles como pueden ser el caso de una mochila Converse.

Poliéster de alta densidad

El poliéster es una fibra sintética versátil y económica que, en densidades elevadas ofrece una buena resistencia al desgaste, a la abrasión y al agua. Si bien no es tan resistente como los antes mencionados, sigue siendo una excelente opción para mochilas de uso diario y viajes, ofreciendo un buen equilibrio entre durabilidad y costo. 

Lona resistente

Aunque originalmente se hacía de algodón, la lona moderna a menudo incorpora mezclas con poliéster u otras fibras sintéticas para aumentar su resistencia al agua y al desgaste. Una lona gruesa y bien tejida puede ser una opción duradera y con un estilo clásico, ideal para mochilas más bien urbanas.

Materiales y componentes que marcan la diferencia

La calidad de una mochila no se limita a su tejido exterior, todos los materiales utilizados en su composición, desde los internos hasta los externos son igualmente importantes para su funcionalidad y durabilidad.

En sintonía, poner atención a la calidad de todos los componentes, no sólo de la tela exterior, es esencial para elegir una mochila que no solo luzca bien, sino que también funcione de manera confiable durante mucho tiempo.

Cremalleras de alta calidad

Las cremalleras son uno de los puntos más vulnerables de una mochila, no solo por la frecuencia de uso sino también porque muchas veces son quienes sufren el mayor estrés cuando hay sobrecarga. 

Por eso, confiar en marcas reconocidas como YKK® te va a asegurar un funcionamiento suave y una mayor resistencia al desgaste y a las roturas. Las cremalleras con dientes robustos y deslizadores metálicos suelen ser más duraderas que las de plástico.

Hebillas y ajustadores de plástico resistente

Las hebillas y los ajustadores de las correas deben ser capaces de soportar un uso constante y, a veces, algunas tensiones sin romperse. Marcas como Duraflex® son reconocidas por la calidad y la durabilidad de sus componentes de plástico de alta resistencia.

Correas acolchadas y transpirables

Es ideal que las correas de los hombros y el cinturón de cadera (en caso de tenerlo) estén acolchadas con espuma de alta densidad para ofrecer comodidad al transportar cargas pesadas. Los materiales transpirables, como la malla, ayudan a mejorar la ventilación y reducir la sudoración.

Panel trasero acolchado y con ventilación

Un panel trasero acolchado no solo mejora la comodidad, sino que también mantiene protegido los objetos de valor que transportemos. Así mismo, puede incorporar canales de ventilación para permitir la circulación del aire y reducir el calor y la humedad en la espalda.

Costuras reforzadas

Las costuras son los puntos de unión de las diferentes partes de la mochila, por eso son lugares vulnerables a roturas o desgarros. Las costuras dobles o reforzadas en áreas de alta tensión (como las uniones de las correas y la base) son cruciales para evitar desgarros y asegurar la integridad estructural de la mochila.

Protección en el interior para salvaguardar tus pertenencias

El interior de una mochila de alta calidad debe ofrecer protección a nuestros objetos valiosos, especialmente dispositivos electrónicos y documentos importantes.

Un interior bien diseñado y con materiales protectores de buena calidad añade una capa extra de seguridad a nuestras pertenencias, asegurando que lleguen a su destino en perfectas condiciones.

Revestimiento impermeable o resistencia al agua

Un revestimiento interior de poliuretano (PU) o cloruro de polivinilo (PVC) proporciona una barrera contra la humedad, protegiendo el contenido de la mochila en caso de lluvia ligera o derrames accidentales. 

Algunos materiales exteriores también pueden tener tratamientos repelentes al agua que sumarán un plus.

Compartimento acolchado para dispositivos electrónicos

Muchas mochilas urbanas y de viaje incluyen un compartimento acolchado específicamente diseñado para proteger laptops y tablets de golpes y arañazos durante el transporte, así mismo, el grosor y la calidad del acolchado son aspectos importantes a considerar.

Divisores internos y bolsillos organizadores

Un buen diseño interior incorpora divisores y múltiples bolsillos de diferentes tamaños para facilitar la organización de libros, cables, bolígrafos, botellas de agua y otros objetos pequeños, evitando que se muevan y se dañen entre sí.

Cómo evaluar la calidad general de una mochila

Más allá de los materiales específicos, existen indicadores generales que nos ayudan a evaluar la calidad de una mochila antes de realizar la inversión.

Invertir en una mochila fabricada con telas y materiales de alta calidad, junto con  un diseño interior funcional, asegura que tu compañera de viaje o de rutina diaria te brinde años de servicio confiable, superando con creces la vida útil de una opción más económica y de menor calidad.

Detalles de acabado

Los acabados nos hablan de calidad, por eso, presta atención a la calidad de las costuras, los remates, los cortes de tela y la colocación de los componentes. Un acabado limpio y cuidado suele ser un indicativo de una fabricación cuidada.

Forma y estructura

Una mochila de buena calidad mantendrá su forma incluso cuando esté parcialmente vacía debido a los refuerzos internos y los materiales que con cierta rigidez contribuyen a esta estructura.

Distribución del peso

Pruébate la mochila con algo de peso dentro para evaluar cómo se distribuye la carga sobre tus hombros y espalda. Un buen diseño ergonómico y materiales de calidad en las correas y el panel trasero aseguran una distribución cómoda y equilibrada.