Los girasoles son una de las flores más llamativas que existen y aunque pudiera pensarse que sería imposible plantarlas en casa, la realidad es que es capaz de crecer perfectamente en espacios reducidos, tales como una maceta; eso sí, siempre y cuando se le brinden los cuidados adecuados. Si deseas embellecer tu patio con esta planta y llenar de alegría tu hogar con sus hermosos colores, ¡hoy es posible!
¿Se pueden tener girasoles en maceta?
¡Claro! Sí puedes tener girasoles dentro de una maceta, siempre y cuando elijas la especie de flor adecuada y respetes sus necesidades básicas. Existen los tipos enanos, Big Smile, Teddy Bear o Sunspot, que están especialmente pensados para el cultivo en recipientes.

Lo último: Frases cristianas de “buenos días”: 31 formas de desear un buen sábado
Estas variedades no superan el metro de altura y tienen raíces proporcionales a su tamaño, lo que las hace ideales para crecer en macetas profundas. Además, estas especies tienen un gran valor ornamental, por lo que resultan perfectas para decorar tu patio o balcón durante los meses cálidos.
¿Cómo cuidar los girasoles en maceta?
Si has decidido que quieres tener girasoles en tu patio, lo más importante para mantenerlos sanos y radiantes es colocarlos en un sitio donde reciban al menos seis horas de luz solar directa al día. Elige una maceta profunda con buen drenaje y utiliza una mezcla de sustrato con fibra de coco, turba y humus de lombriz, añadiendo perlita para mejorar la retención de humedad sin provocar encharcamientos.
No te pierdas: Evangelio de hoy 26 de abril: salmos y lecturas del día
El riego debe ser constante pero moderado: es preferible regar poco y más seguido que dar riegos abundantes y espaciados. Durante la etapa de crecimiento, necesitan más agua, pero siempre sin exceso. Un truco útil es introducir un dedo en la tierra: si está seca, es hora de regar; si está húmeda, espera un poco más. Y recuerda, lo mejor es regar al atardecer para evitar que el sol evapore el agua demasiado rápido.
Tener girasoles en maceta es una forma sencilla y efectiva de darle vida y color a tu patio o terraza. Con solo un poco de atención diaria, podrás disfrutar de sus flores durante toda la temporada, creando un rincón lleno de energía positiva.