El 18 de junio y como parte del Santoral aparecen los nombres de San Marcos y San Marcelino, dos mártires cristianos que no sucumbieron ante la tentación y las amenazas para seguir compartiendo su fe por Dios con la oración.
Debido a su ejemplo, de lucha y esfuerzo, es bueno recordar su trabajo para seguir difundiendo la palabra del Señor y a la vez pedir por nuestra protección a través de una poderosa oración.
¿Quiénes fueron San Marcos y San Marcelino?
San Marcos y San Marcelino fueron dos gemelos mártires y cristianos que pertenecían a una familia romana noble y durante su juventud se adentraron a la religión cristiana primitiva.
Sin embargo, durante el reinado del emperador Diocleciano (286 a.C) se les amenazó para cambiar de religión, incluso a través de sus familiares.
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A pesar de las torturas, San Marcos y San Marcelino mantuvieron su fe a Dios y en el año 304 murieron decapitados. Actualmente su tumba se encuentra en las catacumbas de Santa Domitila en Roma y por ello están incluidos en el Santoral.
Oración de protección de San Marcos y San Marcelino
Señor, tú has hecho del glorioso testimonio de tus mártires San Marcelino y San Marcos nuestra protección y defensa; concédenos la gracia de seguir su ejemplo y de vernos continuamente sostenidos por su intercesión.
Confío que he de ser uno de los que con agradecimiento testimonien sus grandes misericordias con el favorable despacho de mis presentes ruegos.
Si por mi miseria no les pido debidamente las súplicas para que agraden a Dios, enderésenlas ustedes, se los ruego.
Intercediendo con nuestra poderosísima Madre, la Virgen María Santísima, que es el medio por donde todo nos viene de Dios, y la que por gracia tiene en su mano la Divina Omnipotencia, para que así sea otorgada mi súplica.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
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Ahora que ya conoces la historia de San Marcos y San Marcelino no dudes en incluir sus nombres a través de la oración con la que podrás pedir protección a Dios y así seguir compartiendo los deseos del Señor.