México ocupa el cuarto lugar como consumidor mundial de productos ultraprocesados, con un aumento del 34.5% en las ventas en los últimos años, consolidándose como el líder en venta y distribución de estos productos en América Latina, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS también señala que los mexicanos compran un promedio de 212 kilogramos de estos alimentos por persona al año. A pesar de la implementación de la Norma Oficial Mexicana 051 hace más de 3 años, que busca desalentar el consumo de ciertos alimentos y bebidas mediante sellos octagonales visibles en los envases, la industria también ha adaptado y reformulado sus productos.
Empresas como Nestlé, Coca-Cola, PepsiCo, Bimbo, Lala y Kellogg's reportan que aproximadamente el 56% de sus productos han sido reformulados para reducir el contenido de azúcares, sodio y grasas. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021, aproximadamente el 43.5% de los mexicanos reportaron haber leído el etiquetado frontal en los productos, mientras que el 74% considera positiva esta medida.
Además, el etiquetado frontal ha evolucionado para incluir nuevas leyendas como "contiene edulcorantes, no recomendable en niños" y "contiene cafeína, evitar en niños". Sin embargo, el etiquetado frontal no es la única solución para combatir el sobrepeso y la obesidad en México, condiciones que afectan al 70% de la población.
El Dr. Guillermo Arteaga Mckinney, experto en Ciencias de los Alimentos, destaca que estas enfermedades son multifactoriales y requieren una visión más amplia que incluya acciones de las autoridades, la iniciativa privada y la sociedad, como campañas educativas, programas de prevención y fomento de la actividad física.