El Evangelio es el corazón de la religión católica, pues transmite la vida, enseñanzas, muerte y resurrección de Jesucristo. A través de los cuatro evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan se revela el mensaje de salvación para toda la humanidad. La Iglesia Católica lo proclama en cada misa como guía espiritual para los fieles y leerlo fortalece la fe y promueve el amor al prójimo, la justicia y la misericordia. Su mensaje sigue siendo actual y transformador, pues es la palabra viva de Dios que ilumina el camino del creyente. Aquí podrás conocer sobre el que corresponde al sábado 24 de mayo.
Lecturas del Evangelio de hoy 24 de mayo
Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles 16, 1-10
Pablo tuvo una visión en la que un macedonio le suplicaba: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. Interpretando esto como un llamado divino, Pablo y sus compañeros partieron hacia Macedonia para predicar el Evangelio.
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Evangelio Juan 15, 18-21
Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. Recuerden lo que les dije: ‘El siervo no es más que su señor’. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. Todo esto se lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió”.
Estas lecturas del 24 de mayo nos invitan a reflexionar sobre el llamado a anunciar el Evangelio con valentía y a permanecer firmes en la fe de la religión católica, incluso frente a la oposición del mundo.
Salmo del 24 de mayo
Salmo Responsorial
Salmo 99 (100), 1-2. 3. 5
R/. Aclama al Señor, tierra entera.
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Sirvan al Señor con alegría, entren en su presencia con vítores. Reconozcan que el Señor es Dios: él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.
Las lecturas del Evangelio de este 24 de mayo nos invitan a recordar que seguir a Cristo exige valentía, fidelidad y una entrega total. En la religión católica, proclamar la Palabra de Dios no siempre es sencillo, pero es una misión que transforma corazones y da sentido profundo a la vida.