La empatía para ayudar a la gente es la capacidad que tenemos para comprender lo que otras personas sienten y brindarles apoyo; sin embargo, hay quienes tienen "complejo de salvador" y pasan toda su vida salvando a los demás sin ver el daño que esto puede provocarles, pero ¿cómo saber si eres una persona salvadora?
Ayudar a las demás personas no es malo, al contrario, es una gran virtud el poder tenderle la mano a quienes lo necesitan, brindarles alternativas para mejorar o sanar aquello que entristezca a su corazón; ser alguien altruista es el poder estar con la demás gente sin ningún interés de por medio más que el del bienestar del otro.
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Sin embargo, cuando la empatía y el altruismo rebasan nuestro propio bienestar personal por enfocarnos en brindarle protección a las demás personas, podemos provocarnos un daño al ser egoístas con nosotros mismos y ser codependientes, al dejarnos en segundo plano e ignorar el cómo eso puede afectarnos, justo como menciona Aislinn Derbez y Alejandro Speitzer en un capítulo de su podcast La Magia del Caos.
¿Cómo es una persona salvadora?
Una persona salvadora o con complejo de salvador es aquella que pone por encima de su individualidad a otra persona, a quien busca resolverle todos sus problemas para que tenga una mejor calidad de vida, esté feliz y en paz. Esto es porque, en ocasiones, desconfían de la capacidad de la gente para solucionar sus propias dificultades.
De acuerdo con algunos psicólogos, las personas con complejo de salvador tienden a relacionarse con personas que tienen carencias afectivas, baja autoestima o falta de amor propio, pues es más fácil que acepten que otra persona tome control de su existencia.
Cuando alguien le está resolviendo constantemente todo a otros, se puede generar una codependencia con esas personas, quienes empiezan a cargarle responsabilidades que no le corresponden, razón por la que asumen cierto control que evita que los demás le abandonen.
¿Cómo afecta tener complejo de salvador?
El que una persona quiera salvar a todo mundo no solo afecta al salvador, sino también al salvado, pues se limita el desarrollo para la resolución de conflictos en ambas partes porque no se permite que la persona a la que se ayuda genere herramientas y capacidad para saber afrontar su propia vida.
Mientras que el salvador llega a descuidar su vida para darle toda su atención a las demás personas. Además, constantemente pueden tener ansiedad, tristeza, coraje o frustración por no poder controlar por completo las decisiones de otros en busca de su bienestar.
Ayudar a las demás personas es un acto noble, pero ser una persona salvadora para todo mundo puede ser contraproducente para ambas partes, pues no puedes hacerte responsable de la vida de los demás porque no te pertenece, razón por la que tener complejo de salvador puede ser agotador. Síguenos en Facebook para más contenido.